Los dos tomos de Umbrella Academy publicados hasta la fecha, de título Apocalypse Suite y Dallas, forman uno de los mejores tebeos editados durante la primera década de este siglo. Y así, haciendo grandilocuentes declaraciones incomprensibles para muchos, es como he decidido empezar hoy.

Plagado de referencias a la cultura pulp y pop, el guión de Gerard Way – sí, acabemos con esto cuanto antes, el mismo Gerard Way que es vocalista de My Chemical Romance – es un excelente caldo de cultivo para el dibujo de un Gabriel Bá detallista e imaginativo, en la línea del arte de un Mike Mignola o Eduardo Risso con más calor y color.

Umbrella Academy, ilustración de Gabriel Bá

Por supuesto, una historia que incluye superpoderes, locos viajes en el tiempo, vampiros del vietcong, robots asesinos o peces de colores líderes de organizaciones secretas tiene todos los ingredientes para poder experimentar y sorprender al lector. Y hay monos. Todo el mundo sabe que con monos todo es más divertido.

Con el primer arco, Apocalypse Suite, se plantean las premisas que moldean a los personajes protagonistas, y se narra un primer argumento cerrado que es la perfecta introducción a la serie, premio Eisner y Harvey del año 2008 – a la mejor serie limitada y mejor nueva serie respectivamente --. El segundo, Dallas, entra en mayor profundidad en el carácter de cada personaje sobre el grupo y, aunque a mi juicio tiene quizá peor ritmo que el primer tomo, se viene arriba con un explosivo e inesperado final. Pese a haber sido anunciado un tercer tomo, lleva ya años de retraso y albergo dudas con que llegue a ver la luz, aunque el carácter autoconclusivo de cada tomo no impide el tremendo disfrute que proporcionan las páginas publicadas hasta ahora.